miércoles, 14 de mayo de 2014

LA ESTUPIDEZ SIEMPRE INSISTE


“La estupidez siempre insiste” sentenció con inmensa sabiduría Albert Camus, y normalmente, uno de los lugares comunes de la estupidez, es acudir a la obviedad cuando se está tratando de generar que la opinión pública tome partido, en uno u otro sentido, al presentársele un hecho. Contrario a lo que se pudiese interpretar, señalar la estupidez en una actuación o en una persona, no es de ningún modo un insulto. La estupidez es una condición, muchas veces temporal, que puede ser producto de muchos factores, y por tal razón, cuando alguien está siendo estúpido al ejecutar una acción, y se le señala tal condición, no puede ser considerado un ataque a la persona. Entonces, en el entendido de lo anterior, y teniendo claro la obviedad y la estupidez, quiero plantear dos factores y un producto (eso me dice la malicia), de los que serán ustedes mismos, quienes saquen conclusiones.

Factor 1: En el fragor de la contienda electoral, se devela un escandaloso suceso que involucra al estratega visible de la campaña del candidato Presidente Juan Manuel, el señor JJ Rendón, y al señor Germán Chica, también cercano al Doctor Santos. Es una sórdida historia de acercamiento de unos reconocidos narcotraficantes, quienes dicen haber pagado la astronómica suma de 12 millones de dólares al señor Rendón, para gestionar ante las autoridades, los términos de un posible sometimiento a la justicia. Sin pretender posar de perito jurídico ni nada por el estilo, es un escándalo de proporciones mayúsculas donde lo único que está completamente claro, es que nada está claro. No hay rastro de los dólares y tanto los unos como los otros se tiran la pelota entre ellos. Las declaraciones de los implicados recuerdan la graciosa expresión cantinflesca “que sí, pero que no podía”. Insoslayable es el hecho que quien destapó el escándalo, es el periodista Daniel Coronell, sobre quien pesan señalamientos de un posible favorecimiento del gobierno Santos en la prórroga de las concesiones del canal Uno, y quien días antes, había sostenido una reunión en palacio con el Doctor Santos. Repito, este es un hecho insoslayable.

Factor 2: El noticiero CM&, revela, en medio de una entrevista al candidato presidencial de Centro Democrático, Doctor Oscar Iván Zuluaga, los resultados de una encuesta que lo da como ganador, en segunda vuelta, de las elecciones presidenciales. Como es obvio (de nuevo se hace presente la obviedad), se genera el conocido efecto encuesta, y el candidato Zuluaga amanece en boca de la ciudadanía, e incluso, y muy a regañadientes, de los medios tradicionales de comunicación, quienes no pueden abstraerse a lo contundente del hecho. Un candidato que ocupaba siempre el primer lugar aunque llevara meses estancado y con tendencia a decrecer, es por fin superado por otro candidato que, como los caballos de carreras, viene de atrás para adelante, en constante tendencia al alza y que por lógica razonable se espera que crezca aún más, se convierte en un hecho inocultable a los ojos de una sociedad que, como la nuestra, tiene por cultura, tomar las encuestas electorales como factor de referencia a la hora de la toma de decisiones. Es tradicional que en nuestro país, el voto indeciso, termine subiéndose al bus de la victoria.

Entonces, sucede lo que la obviedad me dice que es un producto de los anteriores factores: El señor Fiscal Eduardo Montealegre, al comando de una entidad conocida por su lentitud e ineficiencia, descubre en tiempo record, una oficina donde presuntamente se cometen interceptaciones ilegales, y dándole todo el despliegue mediático posible, con una astucia investigativa que hace palidecer de vergüenza al mismísimo Sherlock Holmes, encuentra que los presuntos hackers, están directamente relacionados con el Doctor Oscar Iván Zuluaga. Bingo. La campaña de Zuluaga, quien se encuentra derrotando a la campaña del candidato de sus afectos, está chuzando ilegalmente. 

Aquí cierro la exposición, porque soy un convencido de la certeza de una frase que leí por ahí y que reza que responder a lo obvio, es alimentar la estupidez de quien pregunta, frase que ajustándola al caso que nos asiste, rezaría que “analizar lo obvio es alimentar la estupidez de quien nos presenta los hechos”.

Hombre; es cierto que el colombiano es un ser de buena fe y por lo tanto crédulo, pero les habría salido bien la estrategia, si al menos hubiesen tenido el respeto de montar una trama más elaborada, lógica y creíble. Usando una frase coloquial, señores estrategas, creo que perdieron el año.

Rodrigo Gallo
@AlegreBengali

Ad: Lo más triste de todo lo ocurrido, es que no es sino el arranque de una severa y multimodal campaña de desprestigio contra el candidato Zuluaga. Pongan a hacer maíz pira, que la función ya comenzó

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