miércoles, 14 de mayo de 2014

LOS SOLDADOS DE FORTUNA

Soldado de fortuna, es un eufemismo acuñado para no utilizar la palabra “mercenario”, que es más exacta pero más fuerte, y que con frecuencia tiende a ser considerada como un insulto. De todas maneras, las dos son válidas para referirse a quienes, en una confrontación militar, participan en las filas de alguno de los bandos, teniendo el lucro como único móvil. Tales palabras, se han extrapolado para ser utilizadas en otros escenarios diferentes al militar, pero con exactamente, la misma connotación.

Lamentablemente, nuestro país ha venido sufriendo de un mercenarismo exacerbado, estimulado quizá por la dependencia extrema que algunos sectores tienen del erario. El primero de ellos es la política. Arte hermoso y concepto básico de la convivencia humana, la política ha sufrido una extraña y perversa mutación. Se ha instituido en nuestro país, que un altísimo porcentaje de quienes ejercen este otrora noble oficio, hoy por hoy tienen como única ideología, la veneración del dinero, que otorga poder, que a su vez, es usado por los mercenarios para producir más dinero, necesario para preservar el poder. Un perfecto círculo vicioso que se conformó y se fortaleció, en el momento en que los mercenarios, superaron en número y visibilidad a los verdaderos políticos, que aunque escasos, siempre los hubo. Por lógica razonable, y como producto de este simple, pero contundente y extremadamente difícil de romper circulo vicioso, vemos cómo, sin pudor alguno se produce un intercambio mercantil entre Juan Manuel Santos y Gustavo Petro mediando las instituciones cooptadas como catalizador. Sus posiciones ideológicas, de fachada por supuesto, que eran aparentemente irreconciliables por cuanto significaban una diametralmente opuesta concepción de la sociedad, poco importaron a la hora de negociar la restitución y el otorgamiento de unas medidas cautelares a favor de Petro, que serían pagadas con la adhesión de su facción política a la mal llamada, Unidad Nacional. En medio de esta deleznable negociación, quedaron los seguidores del señor ex terrorista indultado, algunos de ellos, no lo dudo, convencidos de la aparente concepción ideológica de su líder, a los que sin siquiera sonrojarse, veremos pasar del grito atroz e insultante que proferían en contra del Presidente, cuando éste procedió a cumplir la destitución impuesta por la procuraduría al Alcalde, por un grito vivaz y meloso de “Viva Juan Manuel”. Lideres mercenarios, que mercenarizan la conducta de sus seguidores. Trágico y cruel.

Un segundo sector completamente susceptible a este fenómeno, son los medios de comunicación, que convertidos en grandes transnacionales de la información, no pueden abstraerse de la millonaria pauta publicitaria que genera el estado, y cuyo modo de capturarla, es hacer de sus operarios – mal llamados periodistas – unas voces y unos esferos abierta y descaradamente gobiernistas. Tienen como punta de lanza, renombrados comunicadores que de alguna manera son capaces de generar en el público, unas corrientes de opinión, que obedecen casi siempre a los intereses de quienes se lucran de audiencia y pauta, pero que están en una grave desconexión con las realidades y necesidades de sus conciudadanos. Por ello, son perfectamente capaces de tratar de llevar a sus oyentes y lectores, a ser propiciadores de situaciones políticas abiertamente nocivas para la sociedad, ya que no son ellos los que sufrirán las consecuencias. Los grandes líderes de opinión en los medios colombianos, o bien viven en el extranjero, o bien tienen la facilidad de establecerse fuera en cualquier momento. Algunos escudan su vileza en palabras como exilio. Otros mas, no dudan en ponerse al servicio de compañías extranjeras para consolidar su vida fuera del país, al que con sus mercenarios comportamientos, son capaces de llevar a la situación que a sus patrones convenga. Por ello, hoy los vemos en contubernio, procurando hacer que la sociedad sea proclive a la capitulación ante las Farc, sin importarles las consecuencias. Finalmente, transmiten o escriben desde el exterior. Afortunadamente, las nuevas tecnologías han permitido que muchos ciudadanos, patriotas e independientes, puedan expresar sus opiniones en medios que permiten una difusión medianamente masiva, como lo son las redes sociales. Por ello mi invitación a los colombianos, es a que aprovechen estos espacios para expresar sus opiniones y para leer las de sus compatriotas de a pie, y no se queden sujetos a lo que los soldados de fortuna, desconectados de la realidad, les quieren inducir a pensar.

Rodrigo Gallo Lemus
@AlegreBengali

Ad: Queda una semana larga de campaña electoral y viene lo más fiero de la batalla. Colombianos, cuando vean a los mercenarios en acción, recuerden donde viven y quien les paga. Ahí comprenderán porque son capaces de tanta ignominia.

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