Cada vez cuesta más trabajo entender por qué nuestro país está
dando este aterrador giro hacia el abismo. Después de décadas de gobiernos
complacientes y flojos a la hora de enfrentar el terrorismo, habíamos encontrado
por fin una formula exitosa para combatirlo y los resultados eran mucho más que
simples estadísticas. La esperanza de lograr una verdadera paz por la vía de la
implantación del imperio de las leyes era la luz que veíamos muchos al final de
túnel. Bastó una elección presidencial,
la de 2010, para echar por la borda esa esperanza. Elegimos en mala hora, un gobernante proclive
a la claudicación, incapaz de dar las batallas y muchísimo más parecido a un
conspirador medieval que al presidente necesario para un país con hondos
problemas de delincuencia.
Hoy a punto de terminar este horroroso periodo de gobierno, las malas noticias abundan, empezando por caer
en cuenta que durante los próximos cuatro años, estaremos gobernados por el
mismo Presidente incapaz y que muestra una condescendencia con el terrorismo,
rayana en la complicidad. La primera
muestra de ello es la ostentación de poder que hace la narcoterrorista Farc al
emprender una escalada violenta, cruel y sanguinaria, pero ante todo,
insultante y descarada. Parecen decirnos con el retorno de los secuestros en
las vías, la quema de vehículos, los atentados contra el medio ambiente y la más
reciente muestra de irredimibilidad consistente en la voladura de un acueducto,
que ellos están ya por encima de la sociedad gracias a la protección que les
brinda su Presidente Santos. Parecen decirnos
que gracias a la reelección de un gobierno amigo, su camino hacia la toma del
poder se está convirtiendo en una marcha triunfal. Hagan lo que hagan los asesinos
narcoterroristas de las Farc no van a ser castigados pues ya conquistaron lo
que necesitaban; la alineación de la Unidad Nacional en su favor.
Los honorables congresistas de la coalición para la paz, se
muestran muy diligentes para condenar las muertes que ocasiona el conflicto
Israel – Palestina, utilizando palabras como genocidio y barbarie, pero en lo
domestico que es lo que a ellos atañe, usan vilmente las palabras torpeza y
error político, para referirse a los reiterados asesinatos de civiles y
militares que ejecuta la narcoterrorista Farc. Les parece que no es motivo de suspensión
del torcido proceso, que los bandidos que fungen como comandantes de esta máquina
del terror cometan toda clase de vejámenes contra nuestros niños, que van desde
su reclutamiento para las actividades terroristas, hasta su uso como esclavos sexuales
y escudos humanos. A estos padres de la
patria parece complacerles todo lo que sus admirados camaradas hacen en contra
de la sociedad a la que deberían defender desde sus curules. Se muestran
impacientes por ver al asesino Iván Márquez dictando la moral de la República desde
el nido de ratas en que han convertido el Capitolio Nacional. Por sus frutos los conoceréis nos enseñó
Jesucristo, y haciendo pasar los acontecimientos por ese aforismo, no es
exagerado considerar que muchos de los miembros de las altas cortes y los
organismos de control están sincronizados en la misma frecuencia. Sus mejores esfuerzos se encuentran dirigidos
a encontrar la forma de cobijar con un espurio halo de legalidad, la impunidad
que se desea conceder a estos irredimibles asesinos.
Es pues la sociedad colombiana, una que se encuentra en
estado de indefensión ya que el hombre que elegimos para guiar nuestros
destinos en 2010, cooptó toda la institucionalidad para ponerla al servicio del
lavado de los crímenes que ha cometido, comete y seguirá cometiendo la banda
narcoterrorista a la que parece servir cual guardia real. Dios nos bendiga
Rodrigo Gallo
@AlegreBengali
Ad: Cuando un grupúsculo
de bandidos accede al poder y le allana el camino a sus compañeros de fechorías,
empieza a tomar fuerza de ley que el crimen si paga.
0 comentarios:
Publicar un comentario