Carta abierta al periodismo colombiano

Señores periodistas y comunicadores sociales de Colombia.

Recientemente  en un inusitado ataque de solidaridad, ustedes, un cumulo de periodistas, columnistas y caricaturistas han emitido un comunicado en el que proponen  una iniciativa que a primera vista parece loable; y digo que a primera vista porque esa consigna “Por el respeto” no es más que un cuento al que, como lo dice la sabiduría popular, le hace falta un pedazo.

En su evidente estado de desconexión con la realidad nacional, la de verdad, la del ciudadano de a pie, y no la de las élites  a las que ustedes sirven, toman un episodio que a lo sumo podría calificarse como desafortunado, ya que el emisario del mensaje en cuestión ha repetido hasta la saciedad, a qué específicamente se refiere con su trino, y lo convierten en un arma de combate político disfrazado de solidaridad.  Claro, es comprensible que ustedes en su sentirse parte de una élite social, tienen interiorizado un espíritu de cuerpo que lejos de hacerlos actuar con ética y objetividad, los hacen parecerse a una mafia o a una gavilla que reacciona fiera cuando alguno de los miembros de su logia es confrontado por alguien que es contrario a los intereses de sus patrones (por que los tienen y todos sabemos quiénes son).  Y con esa fiereza casi pandillezca, hacen un llamado a la sociedad para hacer un pacto #PorElRespeto, pero ¿Por cuál respeto? Veamos.

Ustedes que llevan años injuriando y calumniando a través de sus micrófonos y plumas al señor ex presidente Álvaro Uribe Vélez, a su partido político, a sus colaboradores y militantes, ahora piden respeto; el mismo respeto que no exigieron cuando uno de sus colegas publicó un peyorativo escrito llamado “Uribe Guerrillero”, o cuando otro de sus miembros tituló un arsenal de odio que pomposamente llamaron columna como “Me cago en la cara de Uribe”; el mismo respeto que no exigieron para la hija recién nacida de la senadora Paloma Valencia Laserna cuando fue infamemente vejada por el  miembro de su logia que hoy se victimiza.  No fueron capaces de exigir respeto cuando cerca de 8 millones de votantes, fuimos llamados perros, tiburones, rufianes de esquina, paramilitares, guerreristas; tampoco fueron capaces de exigir respeto para el miembro de la Unidad Nacional de Protección a quien el ex vicepresidente German Vargas Lleras agredió físicamente.  Y podría llenar cuartillas con sus titulares, pero seamos breves.

   

Para mí, el asunto es muy claro. Ustedes llaman al respeto pero solo para ustedes mismos, porque como ya lo he expuesto, más que un respetable gremio (como lo es el periodismo en los países civilizados) son una mafia que reacciona violentamente ante la crítica y la controversia, así que por mi parte, no esperen respeto si ustedes no lo empiezan a ofrecer primero ¿Quieren respeto? Bien; espero que en los horarios triple A de  sus canales y emisoras, y  en las primeras planas de sus diarios, nos ofrezcan sinceras excusas por los años de violencia verbal  a la que nos han sometido como ciudadanos, y a la que han sometido a los dirigentes políticos que hemos elegido para que nos representen.  No son ustedes precisamente los llamados a exigir respeto; son más bien los primeros llamados a empezar a disculparse por los años de consuetudinarias calumnias e injurias proferidas a los señores ex presidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, al señor ex procurador Alejandro Ordoñez, a quienes han sido precandidatos de los partidos de oposición, a los miembros de la bancada parlamentaria del partido Centro Democrático, y muy especialmente a nosotros los ciudadanos que nos hemos declarado en abierta oposición al gobierno que ustedes protegen.

¿Quieren respeto, señores periodistas? Alisten pues sus plumas y micrófonos para empezar a ofrecerlo, y para asumir su entera responsabilidad como generadores y atizadores de la violencia verbal que sufre la sociedad.

¿Quieren respeto?  Respeten.

Rodrigo Gallo Lemus

@AlegreBengali  

Fotografia tomada de la cuenta de twitter @erik_kardashian