A raíz de los muchos
ataques orquestados contra nuestro Glorioso Ejército de Colombia, quise
escribir esta columna para develar las mentiras malintencionadas de Nick Casey del
NYT, y a la vez darle a la opinión publica dos hipótesis sobre el propósito de
este ataque miserable y la verdadera razón de ser de las ordenes en nuestro
Glorioso Ejército de Colombia.
En la carta del jueves
firmada por el editor ejecutivo del NYT, Dean Baquet, el editor de marras tuvo
que aclarar que “En ningún momento el
artículo sugiere que el ejército colombiano ha emitido órdenes ilegales o inconstitucionales”
Y si bien lo tuvo que
aclarar, porque es absolutamente cierto y corroborable que ni el Ejército, ni su
actual comandante el General Nicacio Martínez Espinel ha emitido órdenes
ilegales o inconstitucionales, la columna de Casey malintencionadamente sí
afirma sentencias gravísimas sin ninguna prueba, como las siguientes:
1) Casey dice que “El
comandante del ejército de Colombia, frustrado por los vacilantes esfuerzos de
la nación para preservar la paz, les ha ordenado a sus tropas que dupliquen la
cantidad de criminales y rebeldes que matan, capturan u obligan a rendirse en
batalla; y posiblemente acepte un aumento de las bajas civiles en el proceso,
según consta en órdenes escritas y entrevistas con altos oficiales”. En este párrafo Casey afirma
que según CONSTA en ordenes escritas, el comandante del Ejército “posiblemente acepte
un aumento de las bajas civiles en el proceso…” pero Casey no aporta la prueba
donde CONSTA tal aseveración criminal de mandar asesinar civiles. Y no aporta
la prueba porque no existe esa orden, básicamente porque el General Nicacio Martínez nunca ha dado una orden diciendo
que posiblemente les acepte un aumento de las bajas civiles. Es decir, Casey
miente con la única intención de dañar a nuestro Ejército y a su comandante.
2) Casey dice que “Una
orden que causa especial preocupación instruye a los soldados que no ‘exijan
perfección’ al momento de ejecutar ataques letales, incluso si tienen preguntas
significativas sobre los objetivos que están atacando. Algunos militares dicen
que esa orden implica que reduzcan sus normas para proteger a civiles inocentes
de ser asesinados, y que ya ha ocasionado muertes sospechosas o innecesarias”.
Para entrar a develar
la mala intención de Casey en este párrafo, es necesario que ustedes entiendan
qué significa “Información de Inteligencia Operable”. Para combatir las
diferentes amenazas que tienen nuestro País, el Ejército recaba información de
inteligencia; cuando esta información es confirmada en un porcentaje fijado por
el comandante, pasa a llamarse inteligencia operable.
Esta información de inteligencia operable es la materia prima con la que se
comienza a planificar una Operación Militar. Ahora bien, un secreto
a voces es que el ex presidente Juan Manuel Santos en sus 8 años de gobierno para
llevar a cabo el “proceso de paz” con las Farc, ordeno a la cúpula militar
paralizar nuestras FFAA. Para tal fin, polémicos generales como Alberto José
Mejía subieron el porcentaje necesario de información de inteligencia operable al
80% y el 90%. Este porcentaje es muy alto puesto que tomaba mucho tiempo en
alcanzarlo, haciendo que las posibles operaciones ya no fueran necesarias,
porque cuando alcanzaban ese alto porcentaje, el objetivo de la operación militar
ya había tenido demasiado tiempo para huir. Estos protocolos dieron como resultados la poca
operatividad del Ejercito, teniendo como consecuencia, entre otras, el aumento en
nuestro territorio de los cultivos ilícitos a 209.000 hectareas de coca, elevando
la producción potencial de cocaína pura hasta las 921 toneladas métricas, quintuplicando
el microtráfico y su consumo interno, aumentando
considerablemente los asesinatos de líderes sociales, elevando significativamente
el reclutamiento de menores por parte de las bandas criminales y su
empoderamiento por el flujo de millones de dólares producto del narcotráfico.
Pues bien, cuando por
el bien de Colombia por fin hubo cambio de cúpula militar, la información de
inteligencia operable se fijó entre el 60% y el 70% con el único fin de
reanudar las operaciones militares de nuestro ejército que por 8 años paralizo el
ex presidente Santos y su cúpula militar. Pero bajar este porcentaje de
información de inteligencia operable, no implica la reducción de las normas
para proteger a civiles inocentes, porque en la planeación de toda operación
militar también se evalúan los riesgos operacionales, y si en la planeación de la operación se
evalúa que esta puede poner en riesgo la población civil, la operación se
cancela. Por lo tanto, no es cierto que bajar el porcentaje de Información de
inteligencia operable ocasione muertes sospechosas o innecesarias; les pongo un
ejemplo:
Si antes se planeaba
hacer un retén militar para detener un carro sospechoso de llevar cocaína hasta
que la veracidad de la información fuera del 85% (Inteligencia Operable), hoy se planea hacer ese retén con el 65% (Inteligencia
Operable), pero cuando se instala el retén, ya se ha planificado para que la
detención del carro sea 100% exitosa, garantizando el respeto por los derechos
humanos de los que van dentro del carro, minimizando el riesgo de la tropa, y
sin afectar la vida de civiles inocentes, porque si en la planeación de la
operación, se evalúa que el retén puede poner en riesgo la población civil, el
mismo se cancela.
Como ven, no hay tales
falsos positivos, hay es un falso reportaje del NYT, en el que Casey mintió sin
presentar ninguna prueba a sus acusaciones temerarias, y actuó de mala fe confundiendo
a lector entre valoración de la “Información de Inteligencia Operable” con “exigir
perfección” en la ejecución de operaciones militares. Además, las ordenes en el
Ejército de Colombia van dirigidas a hombres de honor con el propósito de
defender civiles indefensos, y NO van dirigidas a criminales para que se asuma
que por ellas los soldados saldrían a asesinar civiles; eso es como asumir que
su pareja sale a prostituirse porque usted le pide que trabaje.
Entonces es hora de
preguntarse con qué fin y el por qué, tres altos oficiales disociaron con la
prensa extranjera sobre nuestro ejército, y sobre eso tengo dos hipótesis:
La primera, es que NO existen los tales altos oficiales y que
estamos ante un ataque frontal y pago por los varios enemigos que tiene
Colombia y nuestro ejército como lo son Nicolás Maduro, las Farc, La Izquierda Latinoamericana con HRW en
cabeza de Vivanco, gastando de los 100
millones de Dólares que le regalo Soros; no crean que el NYT es ajeno a estas malas prácticas. Recuerden
que en el 2015 Nicolás Maduro le compró al
NYT este publirreportaje para dañar la imagen de Colombia: https://t.co/xwSc7yoEOv
La segunda hipótesis
es que de existir los tres altos y cobardes oficiales, no me cabe la menor duda
que están actuando bajo órdenes del ex presidente Juan Manuel Santos y su
anterior Cúpula Militar, con el propósito de seguir paralizando nuestras FFAA para
proteger el proceso de lavado de activos más grande del mundo con piñata de
impunidad incluida llamado “acuerdo de paz” y la promesa dada a los narcoterroristas
Farc en La Habana de no dejar fumigar las 209.000 hectáreas de coca. Y no les digo cobardes por el solo hecho de
insultarlos, no; los militares
colombianos podemos cometer el delito de cobardía, y la verdad es que a estos altos
oficiales les dio miedo pararse en la tal reunión y ante la Patria que juraron
defender, para criticar constructivamente y decir que no estaban de acuerdo con
cualquier directriz u orden recibida. En lugar de eso, decidieron salir a
disociar de nuestro ejército con un extranjero, y después suplicarle que no
publicara sus nombres. En mi parecer, es prioritario encontrar quienes son
estos tres oficiales para destituirlos del Ejercito, ya que pueden en cualquier
momento, hacer parte de una nueva Cúpula Militar, y entonces ¿se pueden
imaginar el gran riesgo al que estaríamos expuestos como nación si el Presidente
de la Republica da a estos cobardes oficiales una orden que no les gusta? Yo si
lo imagino y me aterra, porque sin criticar constructivamente para asesorar al
Presidente ni explicarle su desacuerdo, saldrían inmediatamente a ventilar
información clasificada, poniendo en riesgo nuestra seguridad nacional.
Este es el oscuro
panorama señores; estamos ante la arremetida bestial del ex presidente Juan
Manuel Santos contra nuestro Ejército Nacional y contra el presidente Iván
Duque, con su objetivo de siempre, el cual es proteger a toda costa la
impunidad y todas las prebendas que les dio a los narcoterroristas Farc. Sumado
a la actuación de este egocentrista, están los cobardes ataques de la extrema izquierda
latinoamericana contra todo aquel que les de la pelea y se constituya en muro
de contención contra todos los nombres con que se disfraza el socialismo de
hambre, muerte y miseria.
Hoy que tenemos una
excelente Cúpula Militar que respetando los DDHH esta dispuesta a enfrentar las
múltiples amenazas que tratan de desestabilizar nuestra democracia, no podemos permitir
que la prensa fletada, con los organismos de control a ordenes de la extrema
izquierda, traten de amilanarlos. Recuerden
que apoyar a nuestra Fuerza Publica nos hará una gran nación, mientras que una
sociedad que ataca y judicializa a sus mejores hijos, que día y noche luchan
para que nuestra patria sea un lugar más seguro donde vivir, es una sociedad
que tarde o temprano queda indefensa.
Por último les pido una
oración para todos aquellos héroes de nuestra Fuerza Publica que fieles a
nuestro juramento supremo, defendieron nuestra patria Colombia hasta con el último
aliento de sus vidas, y el último latido de sus corazones.
Patria, Honor y
Lealtad.
Soy el Subteniente (r)
Gallo Lemus Mario Javier del glorioso Ejército Nacional de Colombia. Un
Verdadero Militar da la cara, rango y nombre, y nunca suplicara para que su identificación no
sea publicada. Esa cobardía se las dejo a los que disociaron de mi Glorioso Ejercito
con el New York Times.
Excelente columna Curso, los verdaderos militares danos la cara y si algo no nos gusta o no estamos de acuerdo lo expresamos basados en el derecho de rechazar órdenes ilógicas y que van en contra de la ética y de aquellos que algún día juramos defender.
ResponderEliminarExcelente Mario Javier,Curso en referente a la conclusión tienes toda la razón, los verdaderos militares dan la cara y si algo no nos gusta o no estamos de acuerdo lo expresamos basados en el derecho de rechazar órdenes ilógicas y que van en contra de la ética y de aquellos que algún día juramos defender
ResponderEliminarLuis Enrique Failach
Excelente Señor Teniente, quienes disociaron contra nuestro Ejército, merecen ir a las mazmorras mas oscuras del averno, no merecen portar el uniforme sagrado de la patria, si defendemos la patria, la institución, nunca debemos ocultar nuestros nombres, por la verdad murió Cristo.
ResponderEliminarSiempre orgullosa de las FFAA De mi Patria, gracias por todo lo que hacen por Colombia. ADELANTE!!Siempre tienen el respaldo, amor, solidaridad, comprensión de la mayoría de los Colombianos. Dios y la Virgen los proteja
ResponderEliminarSer militar es un a vocación y honor q no todos losciviles entiende comprendo al teniente del Ejército colombiano x q tengo el orguyl de ser hijo de un militar fallecido en el año 1970de la FUERZA AEREA ARGENTINA Y MI MADRE CON MIS DOSHNOS TAMBIEN UNIFOMADO OFICIALES DE LA POLICIA DE MZA. ARGENTINA RECIBIMOS LA BANDERA DE GUERRA Q FLAMEABA EL 17/5/1970EN LA PLAZADE ARMAS DE LA IV BRIGADA AEREADE MZA. .SALUDOS CON MIS RESPETO A LOS VERDADEROS MILITARES CILOMBIANOS PORQ SOMOS TODOS HIJOS UN SOLO PADRE CELESTIAL Y SMA. VIRGEN MARIA NTRA MADRE CELESTIAL Q NOS REGALO JESUS
ResponderEliminarGreat post.thank you so much.Love this blog.
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