Columna originalmente publicada www.laotraesquina.co
Aún sin comenzar, el segundo
periodo presidencial de Juan Manuel Santos se vislumbra como el gobierno del
oprobio. Una vez reelegido, el
Presidente santos ha empezado a dar muestras de lo que será su comportamiento durante
los próximos cuatro largos y tortuosos años. Como decían las abuelas, por el
desayuno se puede saber lo que va a ser el almuerzo. Si en el primer periodo se mostró como un
mentiroso redomado tratando de encubrir sus bochornosas actuaciones con el
manto raido del proceso de paz, en el segundo se mostrará con su verdadero
rostro; el de un filipichín totalitario.
Sin ninguna vergüenza, porque
entre otras no la tiene, ha puesto a uno de sus ministros a justificar con una
perogrullada, el porqué hundieron el proyecto que buscaba revivir el cacareado
asunto de las horas extras. No se trata
de que no tengan una mejor explicación; se trata de que simplemente les importa
muy poco lo que la sociedad pueda inferir de las acciones gubernamentales pues
ya obtuvieron de ella lo que necesitaban, y como bien lo tienen interiorizado
los manzanillos tiranuelos del estilo de Juan Manuel Santos, la gleba está para
ser gobernada, sino es que subyugada por la clase “divinamente” que él
representa, así que es un desgaste innecesario justificar claramente cualquier
decisión. Para muchas personas este
podría ser un intrascendente y común acto de gobierno, pero la realidad va más
allá y teniendo por gobernante a un personaje tan siniestro, debemos
preocuparnos un poco por leer entre líneas y tratar de hallar las intenciones
ocultas tras cada movimiento. De nuevo como decían las abuelas, con Juan Manuel
piensa mal y acertarás.
Que nuestro país tenga a Ernesto
Samper como su representante en un organismo multilateral, por espurio que sea como Unasur, es la prueba fehaciente que
de nuevo somos un estado fallido. No
puede ponerse una representación internacional en cabeza de un personaje que
fue elegido Presidente con los dineros del Cartel de Cali; esto es algo de
simple y llana dignidad republicana. Suficiente tenemos con llevar el triste
lunar de no haber podido sancionar ejemplarmente semejante vergüenza, como para
que ahora el causante de ella ostente una posición de representación ante un
organismo multilateral, repito, por espurio que este sea. Esta designación, es otra arista del
tiranuelo en su nuevo rostro. Léanlo con la exacta gravedad que esto tiene: A
Juan Manuel Santos, en su búsqueda del poder total, hace tiempo dejo de importarle el pueblo que
malgobierna, si es que alguna vez le importó.
El fortalecimiento de los grupos
narcoterroristas Farc y ELN, bajo la prohijación del tiranuelo y su corte de
aúlicos y amigos de ocasión, ha llevado a nuestra patria a un viaje a través
del tiempo y nos ha instalado nuevamente en esa fatídica época donde algunos
miles de bandidos pretendían arrodillar a millones de colombianos cobijándose
en unas impostadas reivindicaciones sociales, a las que les hacía eco la
pseudointelectualidad de centro e izquierda, coloquialmente llamados
socialbacanes. La quema de vehículos,
los atentados a la infraestructura económica, la siembra de minas anti-persona,
los retenes ilegales, el secuestro y el constreñimiento electoral armado,
nuevamente campean en el territorio nacional con la complacencia del gobierno,
que ya hoy ni siquiera intenta vender su proceso. Simplemente, ya está
completamente asido del poder y los colombianos de a pie, según el sentir de
estos “divinamente”, tenemos que acatar mansamente sus feudales designios. Cada acto superará al anterior en descaro y
oprobio hasta que se consolide el totalitarismo que ejercerá el triunvirato
Santos – Farc – ELN, hasta que asistamos al crematorio de la democracia. Son pocas las opciones de defensa que los
colombianos tenemos, y en ellas, por oscuro que parezca el panorama, debemos
depositar nuestra fe y poner nuestros propios esfuerzos. Las voces de denuncia, sea cual fueren el
nivel de alcance que tengan, serán un bastión en la defensa de la democracia y deben
servir de apoyo y soporte a la importante y políticamente dispendiosa labor que
deberá desarrollar la bancada de congresistas elegidos por el único partido de
oposición, Centro Democrático. Se augura la necesidad de “regender una pica
barrialosa” – me disculpan la licencia regional – o dicho en universal castellano,
transitar cuesta arriba un camino sumamente complicado. De nuevo, parafraseo al Presidente Pastrana;
Que Dios nos bendiga.
Rodrigo Gallo
@AlegreBengali
Ad: Al señor Procurador Alejandro Ordoñez le tienen la mira puesta por
ejercer su labor de control sin sesgo político.
Usando otra licencia regional, diré que el Procurador es el maruleto al que
apuntan todos los guarales.
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