Es completamente necesario que
los colombianos dediquemos un poco de nuestro tiempo para analizar
detenidamente los sucesos que están en pleno desarrollo en nuestra vecina y
hermana Venezuela. Irremediablemente, el destino de los países latinoamericanos
ha estado siempre ligado y siempre vectorizado por la profunda hermandad
cultural e histórica de los países que ella contiene. Es un craso error, hacer
caso omiso de lo que en estos momentos está acaeciendo en la patria de Bolívar,
por cuanto es el espejo donde podremos observar el futuro de Colombia.
La corrupción, transversal a
todos los problemas de una nación, y que en Venezuela tomó proporciones
catedralicias en los años 90, produjo un hastío generalizado entre sus nacionales, y los llevo a recurrir
a “soluciones” desesperadas. Un demagogo
golpista como Hugo Chávez Frías, fue irresponsablemente indultado por el
Presidente Caldera, presumiblemente atendiendo a su interés particular de
captar la votación de los sectores de izquierda. En consecuencia, se le otorgo
el derecho de participación política a un hombre que había demostrado con
suficiencia su talante antidemocrático, manifestado en la pretensión de imponer
su visión de país por la fuerza de las armas. A sangre y fuego pretendió el entonces coronel
Chávez, desconocer las instituciones democráticas y acceder ilegitimamente al
poder. Primer campanazo.
Al verse restablecido en su
derecho a la participación política, y sin renunciar a su motivación primera,
hizo uso de la más perversa demagogia e indujo a engaño a los venezolanos,
haciéndose elegir Presidente de la República por las vías democráticas, que
como es por nosotros conocido, a partir de ese nefasto momento, fueron
enterradas en un funeral de quinta categoría, atendiendo a lo que podríamos llamar,
el manual del moderno golpista. Lo que ha venido sucediendo en Venezuela los
últimos años es la consecuencia de una tremenda irresponsabilidad política, por
parte de un gobernante en primera instancia, y por parte de la población en
segunda. Hoy día, el despertar de esa
nación, pasados 15 años, está siendo liderado por el estudiantado que ha
comprendido su compromiso con su patria, pero que al carecer del apoyo de los
países latinoamericanos, gobernados en su mayoría por unos miserables dictadorzuelos
amordazados por la chequera de PDVSA, se están convirtiendo en carne de cañón
de sus propias y por supuesto cooptadas fuerzas armadas. De frente y sin pudor,
el dictador Maduro está alimentando con sangre de adolescentes su tiranía. Segundo
campanazo.
En Colombia, reviste gravedad el
hecho que la población no se esté dando cuenta, que está en ciernes la comisión
de una irresponsabilidad política y un absurdo moral, idéntico al que gestó la
tragedia venezolana. Un Presidente de la Republica, está queriendo otorgar el
derecho de participación política a los más sangrientos criminales que haya
conocido el mundo, abusando del anhelo de paz de sus gobernados, haciendo uso
de la misma perversa demagogia chavista, y amordazando a sus probables
contradictores, algunos vía chequera y otros vía persecución judicial y
electoral. No es posible que nos hagamos
ciegos ante lo que se gesta en contra de esta patria.
Si hoy, los colombianos no
reaccionamos y corregimos el rumbo cuando aún estamos a tiempo, si no entendemos que las próximas elecciones
son quizá la última vía democrática que nos queda, recorreremos
irremediablemente el camino que está recorriendo nuestra hermana, y serán
nuestros hijos y nietos, quienes con su sangre, alimentarán la dictadura
fariana de corte castrochavista, que Juan Manuel Santos y los amigos de la
“paz” están cocinando para Colombia, en la isla – prisión regentada por los
Castro. Palabras más, palabras menos, querido compatriota, usted, hoy, será el
responsable del destino de las próximas generaciones, que según su actuar en
las urnas, será una generación libre, o una triste masa de esclavos a
disposición de un ignoto, pero seguro dictador.
Rodrigo Gallo Lemus
@AlegreBengali
Ad: El Presidente Santos y su pusilánime Canciller, guardan criminal
silencio ante los hechos, pues precisamente ellos, son los gestores de la
“venezolanización” de Colombia
0 comentarios:
Publicar un comentario