Este artículo se encuentra publicado originalmente en www.laotraesquina.co
“Oídos que tal oíd, corazón coged y guardad”. Precisamente, este fin de semana que pasó,
escuché por primera vez en mi vida este aforismo, que me está siendo de
perfecta utilidad, a la hora de reflexionar sobre los discursos que, a favor de
“la paz”, siguen corriendo a lo largo y
ancho de la nación, muy sincronizados, y si queremos ser más suspicaces, muy de
libreto. No hacen falta cuatro dedos de
frente, para que haciendo caso del dicho citado, guardemos en el corazón esos discursos, y reflexionando sobre ellos, nos demos cuenta,
por donde es que va el agua al molino.
El criminal, alias “Pablo Catatumbo”, en una declaración recogida por la Revista
Semana, califica como un error, haber mantenido la práctica del secuestro –retenciones económicas dice insultantemente-
, por los altos costos políticos que para su organización ha significado. Oídos que tal oíd, corazón coged y
guardad. Para este desalmado terrorista,
no importa el dolor que esa abominable practica, ha traído a miles de familias,
a las que su grupo de narcotraficantes
les ha secuestrado, y en muchos casos, posteriormente asesinado, a uno o más de sus integrantes. Para este
descarado narcotraficante, lo único que importa, es que esa práctica, trajo costos políticos a
su organización. Palabras más, palabras
menos, para las farc, los ciudadanos colombianos somos simples fichas, a las que se les puede sacar un rédito. Nos han asesinado, nos han secuestrado, nos han
mutilado por décadas, y ¿pretenden
hacernos creer, que pueden traernos la paz desde su participación en
política? ¡Santa Virgen de Manare!
El Presidente Juan Manuel Santos, continúa estigmatizando a quienes
criticamos pacíficamente, su proceso de paz, y desde una tarima en Santa
Marta, hace un llamado a la sociedad colombiana,
para que no se deje, según sus palabras, engañar por los enemigos de la paz, y
apoye su enrevesada mesa. Ante unas
elevadísimas cifras de desaprobación de tal embeleco, el señor Santos pretende
convencer a toda una sociedad, con una divertidísima y pueril arenga: “¿Quieren la paz?” Hombre señor Presidente,
eso, como lo dijo un respetado tuitero, es como preguntar ¿Quieren a la mamá? Ante la evidente falta de soporte y
argumentación veraz, ha tomado Santos, el camino de la polarización del país.
Pretende dividirnos entre amigos y enemigos de la paz. Y se equivoca, como en casi todo, de cabo a
rabo. Este país no se divide así; el hecho que el presidente, merced a los
caudales de dinero utilizado en publicidad, dádivas y mimos a su clientela,
tenga un grupo de lagartos que le aplauden cuanta estupidez se le ocurre, no
convierte a sus críticos en enemigos. Todos, absolutamente todos los
colombianos de bien, queremos la paz. Lo que no compartimos es la manera, como
este gobierno, pretende premiar a unos asesinos, firmar un papel a costa de la claudicación
del estado ante el terrorismo, y hacerlo pasar como el logro de la paz. Eso ya
es un disco rayado señor Presidente. Esfuércese un poco, y cuando menos, trate
de imbuirle a ese pervertido discurso, una mejor argumentación, para que no
siga quedando en ridículo, cada vez que toma un micrófono.
El tristemente célebre, Ernesto Samper Pizano, ignorando todos los
mandamientos de la ética, que de seguirlos,
lo harían guardar un respetuoso silencio, reprende duramente al Ministro
de Defensa y en unos términos, por demás cargados de su innata mala fe,
prácticamente lo conmina, o a corregir su discurso, o a callarse. No puedo saber las motivaciones del Ministro
Pinzón, pero el hecho que el funcionario del gobierno, encargado
precisamente, de la cartera de defensa,
y quien por lo mismo y tanto, presumo, tiene un conocimiento cercano de lo que
en La Habana sucede, se muestre tan escéptico, no puede dejar de ser un timbre
de alarma, para quienes, lastimosamente, aun tienen alguna esperanza puesta en
el proceso. Apelando al lenguaje
coloquial, plasmo mi opinión en los
siguientes términos: ¿Un negociado entre samperistas y narcoterroristas, va a
llevarnos a la paz? El chiste se cuenta solo.
Mi intención siempre ha sido, que los ciudadanos busquemos más allá de lo
que nos quieren vender afanosamente. Mi papá decía que de eso tan bueno, no dan
tanto. Al terminar estos párrafos, siento que puedo llegar a sonar repetitivo,
pero ante la sistemática (para los
comunistas esto es importantísimo) lluvia de publicidad pro-farc, me siento en
la obligación de, como un colombiano mas, seguir firme en la denuncia. Si con
estas letras, logro que al menos, otro colombiano abra los ojos y se sacuda del
engaño, me daré por bien servido.
Rodrigo Gallo
@AlegreBengali
Ad: Pensémoslo así: Si en este proceso de paz, Santos, Samper, Cristo,
Montealegre, Gómez Méndez, Piedad, Iván Cepeda y Lozano Guillen, están de
acuerdo; ojo avizor, porque hay algo
muy, muy malo, en ciernes.
Fotografía tomada de www.radiomacondo.fm
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