Señor
JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA
Bogotá DC
Señor Presidente:
Estuve bastante tiempo
reflexionando acerca de lo pertinente o no,
de volver sobre este modelo de protesta,
pero son tan graves e insultantes las actuaciones de su señoría, y es tan catártico escribirle una carta, que
finalmente terminé por acceder al hedonismo epistolar (si se me permite esta
expresión), y dirigirle, con un hondo sentimiento de indignación, esta
segunda carta abierta.
Aunque son muchos los asuntos que
quisiera comentarle, voy a concentrarme
en dos temas puntuales de su mediocre
gestión al frente del ejecutivo. El
primero de ellos es la alucinante, intrusiva y onerosa campaña publicitaria que
ha emprendido usted, desde que en un acto de supremo narcisismo, decidió
adoptar el mentiroso eslogan de país “Justo, Moderno y Seguro”. Éramos muchos y la abuela parió, pues no
bastando con la pésima calidad del contenido de medios en este país, nos hemos
tenido que calar que 3 de cada 5 comerciales, sean unos institucionales
dedicados a “comunicar” una inexistente obra de gobierno. Sus cuñas no distan mucho de esos inverosímiles
spots donde se ofrecen mágicos productos para adelgazar, que todo el mundo sabe
que no funcionan. Así pasa con su
gobierno; la inmensa mayoría de los colombianos sabemos que usted no tiene nada
que mostrar en materia de resultados y sin embargo se gasta alrededor de 1.6
billones de pesos del presupuesto nacional, en tratar de convencernos de que
hoy estamos viviendo en la Noruega latinoamericana. Pero imagínese señor Presidente, así por encimita le cuento que en su seguro país, casi que a
diario, los tatucos lanzados y las balas disparadas por los terroristas con los
que sus funcionarios comparten mojitos en La Habana, cobran decenas de vidas inocentes; en su país justo, la grosera y descarada persecución judicial contra sus contradictores políticos
toma un tamaño paquidérmico (y no lo digo por su mentor, fue coincidencial el
símil) y en su país moderno, bueno, que le puedo decir, su ejecutoria en materia de infraestructura y competitividad, es tan real como su compromiso con la verdad. Vamos muy
mal, pero usted trata de tapar el sol con un dedo acudiendo a la masiva compra de micrófonos y plumas. Tamaña
suerte tenemos los colombianos…
Señor Presidente, es increíble
que una persona de su nivel educativo, pretenda creer que sus gobernados somos
estúpidos. Bajo su mandato, Colombia no es más justa, ni más moderna y
muchísimo menos, más segura. Vea señor
Santos, los buenos gobiernos y las
buenas obras se comunican solas, casi que de voz a voz; la satisfacción de una
sociedad con la obra de sus dirigentes se propaga en el aire, y el ciudadano de
a pie, que no por ser pobre es tonto, es completamente generoso a la hora de
reconocer los buenos oficios de un gobernante, pero es tan mala la percepción que
el ciudadano tiene de su nefasto gobierno, que sus índices de aprobación están
al mismo nivel del de los dos grandes fracasos republicanos, Ernesto Samper y
Andrés Pastrana. Llegar a esos niveles exige una titánica ineficiencia
administrativa y una colosal obstinación
política, para hacer justamente todo lo contrario a lo que sus electores le
pidieron. Haberse ganado la
animadversión de su pueblo, no sucedió gratis señor Presidente; la corrupción
enquistada en el aparato burocrático que usted ha armado con sus innumerables agencias
nacionales y altas consejerías, desde donde reparte impúdicamente, lo que se ha
dado en llamar “mermelada”, es
completamente visible para la ciudadanía, que bien sabe, que la solución a un
problema no consiste en hacer nombramientos. Así que, a pesar de lo agresivo de
su campaña, hoy muchos, pero muchos ciudadanos, parafraseándolo a usted,
podemos decir, que “el tal gobierno, no existe”.
Como segundo punto, infinitamente
más grave y serio, y que no necesita mayor extensión retórica, es que
atendiendo mi deber como colombiano querendón de mi patria, debo señalarle, por
si usted no lo ha medido, que ese plan de entrega y claudicación del estado
ante el terrorismo, que su señoría ha puesto en marcha, orquestado quizá por cuál
de sus diferentes titiriteros, es algo que va a terminar muy mal, o para usted
y sus áulicos, o para la patria entera.
Esos “angelitos” con los que usted esta concertando la defenestración de
la democracia, nunca, ni en un millón de años, van a ser aceptados por la
sociedad como parte integrante de ella, sin antes haber pasado por un serio
proceso de purga de sus monstruosos crímenes ante una justicia depurada y
ajustada a la realidad internacional. Créame señor Presidente; con ese
monumento a la impunidad que están fabricando en La Habana, están ad portas de sumergir el
país en la más horrenda guerra civil.
Esta sociedad jamás va a aceptar que nos entregue olímpicamente a las
momias cubanas. Aquí, eso no va a pasar. No tendría el diablo la culpa, sino el
que le haría la fiesta.
Está a tiempo de recular,
y en un insólito momento de lucidez y nobleza, si es que en su ser moran esos activos, escoger, de los males el menor.
Es preferible para todos, que usted termine en los libros de historia como un
inepto gobernante más, pues al fin y al cabo la sociedad aún lo cobijara como lo ha hecho con Samper y Pastrana, a terminar
como el traidor que intentó destruir a la democracia más antigua del
continente, aborrecido por su nación y ajusticiado por los mismos criminales
que hoy son sus aliados. Señor Presidente Juan Manuel Santos, por favor, conozca la historia y no se condene a
repetirla.
Con sentimientos de decepción y tristeza, se suscribe, un ciudadano
más
Rodrigo Gallo Lemus
@AlegreBengali
PD: Su asqueante intervención ante
la ONU, abogando por la impunidad para sus consentidos terroristas es quizá, el
más ruin y servil de sus actos oficiales hasta el día de hoy. Me pareció escuchar al canciller de las Farc
Hermosa carta que representa a todas las personas buenas del pais, recapacite señor "presidente" no deje acabar con este bello pueblo Colombiano
ResponderEliminarQue palabras tan llenas de amor por la patria por la tolerancia y la construccion de un mejor pais. Pensamientos asi son los que me convencen mas que Alvaro Uribe es el gran colombiano
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