jueves, 13 de junio de 2013

MI RAZÓN

Conversando con un buen amigo sobre los devenires del proceso de paz en La Habana y siendo él partidario de dicho proceso, me hizo una pregunta que no fue fácil contestar con la precisión que esperaba: ¿Por qué mi posición tan radical de rechazo a los diálogos de paz con las Farc? Tuve en ese momento un caudal de respuestas que encontré en lo más hondo de mis convicciones políticas y de manera clara y respetuosa se las fui exponiendo conforme se iban ordenando en mi cabeza.

La primera respuesta tuvo que ver con lo subrepticio del proceso, con la manera como el gobierno Santos hizo los acercamientos con las Farc contraviniendo el mandato otorgado por sus electores y con la impúdica forma como el presidente desconoció sus promesas electorales. Las subsecuentes respuestas tocaron el tema de los acompañantes escogidos y el polémico lugar acordado para sentarse a conversar,  la torpeza estratégica de establecer unos diálogos que le reconocerían tácitamente estatus de beligerancia a un grupo narcoterrorista, la extrema crueldad y ensañamiento del grupúsculo de Márquez contra la población civil y otras más que, de exponerlas aquí,  sería algo similar a intentar descubrir el agua tibia pues ya mucho se ha hablado y escrito sobre los contras de este enrevesado proceso.  
Pero mi contertulio esperaba un único y contundente argumento, algo que lo hiciera dudar de su apoyo a la mesa de La Habana  y hoy,  después de pensarlo concienzudamente, creo que puedo exponerle a ese buen amigo y de paso al hipotético lector de esta columna cual es mi argumento central, sin que los otros sean igualmente razonables,  para rechazar de manera recalcitrante los diálogos de paz con las Farc.

Como ciudadano colombiano que piensa en el bienestar de la sociedad como la base idónea para criar una familia, no puedo concebir premisa alguna que justifique conceder participación política y  elegibilidad a los jefes e integrantes de un cartel que durante décadas se ha dedicado a sembrar el terror en el suelo patrio y cometer toda clase de delitos, muchos de ellos de lesa humanidad así el fiscal Montealegre desee desconocerlo,  solo para mantener su lucrativa empresa criminal.  No hay que ser muy suspicaz para entender que la razón por la que las Farc desean acceder al poder es porque precisamente el poder es el único negocio más rentable que el narcotráfico. Lo demás son eufemismos. Creer que las Farc desean acabar con la falta de equidad social en Colombia y hacer una nueva sociedad a favor del colombiano promedio es como creer que la luna es pan de queso.

Aquí no estamos negociando con demócratas porque cuando un individuo es capaz de tomar en sus manos un arma para tratar de imponer a sus congéneres una idea  y  para someter a sus compatriotas al terror como fin y como medio, demuestra que ha perdido tal condición y que ha encontrado en el totalitarismo su escenario de desarrollo personal, económico y sociopolítico así que entendido e interiorizado lo anterior, la conclusión lógica es que reviste sumo peligro hacer elegibles a unos personajes claramente totalitarios pues el resultado no va a ser otro que el establecimiento de una dictadura si llegasen a acceder al poder, tal cual está sucediendo al otro lado de la frontera  donde vemos las consecuencias que padece la sociedad venezolana merced al irresponsable acto del presidente Caldera que indultó e hizo elegible políticamente a un golpista con deseos de venganza como Hugo Chávez.  

Para citar un ejemplo doméstico, basta ver las reacciones que tiene frente a la crítica y los mecanismos de participación ciudadana el alcalde Gustavo Petro que, como cultor del totalitarismo de izquierda, solo concibe como válidas sus propias ideas  y  pretende hacer de Bogotá un imperio donde las únicas leyes aplicables son aquellas que favorecen los intereses del Emperador, donde todas las demás iniciativas son calificadas de complot mafioso en su contra y donde el tono gubernativo es de autoritarismo y ausencia de conciliación o consenso.  En la política progresista del amor se cumple el aforismo que reza: Dime de que te ufanas y te diré de que careces. ¿Un gobierno de ese talante sería sano para Colombia?  ¿Ven diferencias entre Chávez y Petro? ¿Es el comandante Aureliano un demócrata cuando rechaza el proceso de revocatoria?  Bienvenida la izquierda democrática, aquella que jamás ha visto en un arma el medio para llevar su modelo socioeconómico al poder, aquella que cree en la lucha electoral y aquella que es capaz de soportar la crítica pero aquella izquierda que es complaciente con las armas  e incluso se sirve o se ha servido de ellas,  debe ser proscrita del escenario democrático.

Esta es en resumen, la razón principal que tengo para oponerme radicalmente a los diálogos de La Habana y para pedirle al gobierno de mi país que termine de una vez por todas con ese embeleco y ejerza, como es su deber,  la persecución denodada a este y a todos los grupos narcoterroristas que tienen asiento en nuestra patria y los conduzca a someterse al imperio de la ley por la vía que sea menester.  Esa es la verdadera paz que anhelamos los colombianos, la paz que nos brindará el saber que nuestras instituciones democráticas no permitirán jamás el florecimiento del totalitarismo en Colombia.

Ad: ¿En el alma de una persona que trafica drogas, recluta niños, viola mujeres, mutila campesinos y asesina servidores públicos habitará la llama de la democracia?

Fotografía tomada de lanacion.com.ar

2 comentarios:

  1. Usted señor BENGALI, es una de las personas que mas daño le hace a la sociedad Colombiana con su forma de pensar politicamente. Ese odio que expresa hacia sus contras politicos, es peor que la guerrilla y las propias bacrim. Juguemosle a la paz deje el rencor que le sembro su admirado Uribe.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Permítame que difiera; si a usted una opinión libre y respetuosa le parece que hace mas daño que los múltiples, repetitivos y crueles crímenes cometidos por los narcoterroristas puedo inferir que tenemos una escala de valores completamente diferente. Gracias por tomarse el tiempo de leer y comentar. Hoy, en la Fundación Valle de Lili hay un niño de un año con un disparo en la cabeza propinado por el ELN, de verdad le parece que mi posición política es peor que ese acto?

      Eliminar