El Reto

Ha hecho carrera el odio como argumento; eso es un hecho cierto y cumplido. Y es precisamente en cabeza de quienes se lucran del mismo, que está siendo llevado a los más insólitos niveles.  Esta semana fuimos testigos en Twitter, de cómo un caricaturista que publica en un diario de circulación nacional, insultó a la colectividad política mayoritaria de este país; rotuló a los seguidores de las tesis políticas del ex presidente Álvaro Uribe como personas que no leen y que ahí radica su problema. Que una persona que lee jamás sería uribista. Varios despropósitos en uno; la generalización propia de quien opina desde el odio, sumada al hecho de ufanarse de la condición de lector, y la no menos grave discriminación a un grupo de personas en razón de su orientación política. Menuda joyita el señor Matador.  Solo un enano mental es capaz de ufanarse de lector; quien realmente lee, sabe que siempre es mucho más lo que se ha dejado de leer que lo que se ha leído, y por tanto nunca se podría ufanar de ello.

Ante la flagrante estupidez de soslayar que en esa colectividad militan personas ampliamente reconocidas por su capacidad intelectual y por su afición a la lectura, e incluso escritores de renombre, una ciudadana del común quien firma como Maya Jaramillo, retó al caricaturista a un debate literario para probar o desmentir su absurda tesis. El hecho, por supuesto, no pasó inadvertido en las redes sociales (no así en los medios tradicionales, quienes en su solidaridad de cuerpo casi sectaria, omitieron el hecho). No voy a llover sobre mojado comentando lo que todos saben y extendiéndome en el desarrollo. Basta con decir que el caricaturista no ha aceptado el debate en los términos propuestos, y más bien lo ha tomado a burla.

De los hechos se desprenden algunos conceptos de los que hoy no tengo duda alguna.  Como dije al comienzo, el odio ha hecho carrera y hoy es paisaje común la facilidad que tienen estas personas arropadas en una temporal figuración mediática, para hablar y acusar; para estigmatizar a quienes no profesan la fe de su secta de izquierda o no actúan en consonancia con sus deseos.  Lo han hecho con el uribismo, lo hicieron con Jorge Robledo y lo hicieron con  Sergio Fajardo.  Y lo seguirán haciendo pues en resumidas cuentas, todo su discurso se basa en el odio y en la división.

Pero resulta que como lo demostró Maya Jaramillo, el cobarde posa de valiente hasta que alguien lo confronta, y con solo un par de trinos, hizo que se le vieran todas las costuras a Matador.  En mi opinión, es un triste vendedor de humo, como tantos otros referentes de opinión de la secta.  Y es confrontándolos en su propio terreno como podemos evitar que estos seudointelectuales dispersen su discurso mendaz. No entrando en discusiones bizantinas sino respondiendo clara y contundentemente como lo hizo Maya Jaramillo.  Estos personajes no son más que usted o yo; son simples opinadores como usted o como yo, que tienen acceso a la difusión que les da un medio de circulación nacional.  Trágicamente para ellos, las redes sociales vienen en franco crecimiento y los buenos opinadores que existen en las mismas, cada vez tienen mayor eco.  No es  tarea menor desmentir las falacias de estos difusores de odio;  poco a poco, y con más frecuencia, las Mayas Jaramillo dejarán al desnudo la cortedad de los Matadores.

Ya vieron pues, que la tal superioridad moral e intelectual de la izquierda colombiana no resiste un reto.

Rodrigo Gallo

@AlegreBengali

AD: Teniendo la izquierda colombiana personas de probada capacidad intelectual y moral, es hasta simpático que sigan teniendo como sus voceros con rating, a payasos como Matador.