La Procuraduría
General de la Nación, en cabeza del Doctor Alejandro Ordóñez, impuso como sanción al Alcalde Mayor de
Bogotá, Gustavo Petro Urrego, la
destitución de su cargo y una inhabilidad por 15 años para ejercer funciones
públicas, en una decisión en derecho,
tal como se puede deducir al leer el comunicado de prensa emitido por la misma
Procuraduría. Es entonces, una decisión
tomada por un organismo competente, que está
además suficientemente motivada y sustentada y que será susceptible de los recursos de ley a
que haya lugar, y por supuesto, de un sano y constructivo debate jurídico.
Cuando un ciudadano es sujeto de una decisión jurídica,
tomada por organismo competente, está en el deber de acatarla y en el derecho
de interponer los recursos que la ley le confiere. Ese por lo menos, es el comportamiento
esperado de un colombiano respetuoso de las instituciones y defensor de la
democracia. Pero lamentablemente, el
señor Petro tomó un camino, que aunque no es sorprendente de acuerdo a su consuetudinario
comportamiento subversivo, sí es muy lesivo para la fortaleza institucional de
Colombia. Politiza completamente el
tema, posando de victima y argumentando con base en sofismas, que él bien sabe, pueden tener eco en algún sector de
la ciudadanía, a quienes hábilmente, utilizará en su favor, como si fueran piezas
de ajedrez.
Como se dice coloquialmente, Petro quiere confundir el
caldo con las tajadas, para llevar a
engaño a la sociedad, haciendo creer que la decisión fue tomada en atención al sujeto
mismo y a su naturaleza ideológica.
Lleva el tema a niveles de persecución política, golpe de estado,
atentado contra la paz y otra serie de pueriles argumentos, en un
comportamiento propio de un megalómano. Señor Petro, bájese de esa nube; usted
es un simple funcionario público, que fue elegido, dados los intríngulis de
nuestra sana democracia, por una minoría que creyó en su programa de gobierno,
y como tal, está sujeto al cumplimiento cabal de las leyes. La cosa es muy
sencilla; usted cometió faltas disciplinarias que dan lugar a una sanción
contemplada en nuestro ordenamiento jurídico. Sanseacabó, eso es todo. No
quiera darse una importancia que realmente no tiene. Ido usted, llegara otro
que regirá los destinos de la ciudad. Usted no es el Emperador Aureliano como
quizá, en el espejo de su vanidad se observa. Afronte las consecuencias de sus
actos, con humildad y entereza, si es que las tiene.
Considerado lo anterior, el tema me lleva, a lo que
muchos ciudadanos creemos que es el trasfondo de esta situación. Cuando un criminal como el señor Petro, es
acogido nuevamente en la sociedad civil mediante un indulto, pero no ha pasado
por un proceso de purga de sus crímenes y de reparación a sus victimas, puede
llegar a creer que es un sujeto que está por encima de las leyes y de la misma
sociedad. Pasa a considerarse a si
mismo, como un semidiós vengador al que los demás ciudadanos, debemos
agradecerle el hecho de que no nos mate ni nos violente más. Tal es el caso del
Emperador Aureliano.
Argumentan sin pudor, él y sus áulicos, que ha sido un
hombre leal a la paz, como si eso le extendiera per se, una especie de inmunidad o patente de corso. ¿Es que acaso,
ser leal a la paz debe ser motivo de premio? No señores, tenemos pervertida
entonces, nuestra escala de valores. Ser leales a la paz es una obligación de
todos los ciudadanos, y atentar contra la misma, debe ser objeto de las más
drásticas sanciones. Que no olvide el
señor Petro, que el indulto que le fue otorgado, es un obsequio de esta dolida
sociedad – equivocado según lo creemos muchos – lo que debería hacerlo sentir
en eterna deuda con los colombianos; no al revés.
Creo firmemente que el Emperador Aureliano, esta
enquistado dentro de nuestra democracia y que en vez de propender por su
salvaguardia, esta intentando atacarla en procura del beneficio personal, al
hacer una clara incitación a la insurrección contra la decisión tomada por la
Procuraduría, y esa, en mi humilde opinión, y en la de muchos compatriotas con
los que he tenido oportunidad de disertar, es una de las fatales consecuencias
que tiene claudicar ante los terroristas y ofrecerles toda clase de prebendas,
con la pérfida consigna de “cambiar las balas por votos”. Lo que estamos viendo,
sucede por haberle dado elegibilidad política a estos esbirros de Pablo
Escobar. Creamos unos energúmenos que se creen con la potestad de utilizar las
instituciones como servilleta.
Ojalá, este nuevo ataque a la sociedad, que ha hecho el
Emperador Aureliano arropado con las banderas del nefasto M-19, nos sirva para
entender, que si el crimen no se castiga a tiempo, que si no se somete a los
violentos al imperio de la ley por la vía que sea menester, y no se establece
como limite, que quienes han usado la violencia de manera sistemática, no
puedan tener elegibilidad política, esta patria no va a conocer la verdadera
paz. Dejemos de creer que la luna es pan
de queso y que unos papelitos firmados entre bandidos nos van procurar tan preciado regalo.
Rodrigo Gallo
@AlegreBengali
Ad: Si usted, como yo, cree que decirle Emperador
Aureliano puede interpretarse como un halago inmerecido, debo aclararle que cuando decidí utilizar
este término, estaba oyendo una canción de Nelson y sus estrellas que reza “Ponga cuidado, preste atención, que le está
hablando el emperadorcito”
Fotografía tomada de www.elcolombiano.com
Fotografía tomada de www.elcolombiano.com
excelente artículo, muy clara su interpretación del aberrante caso del tiranuelo,emperadorcito!
ResponderEliminarGracias, muy amable su comentario
EliminarDe acuerdo totalmente . Excelente retrato del emperador Aureliano (su alias de matón ) también podría ser Emperadora Rosita (su otro alias )
ResponderEliminarGracias !!
EliminarExcelente escrito aunque no estoy de acuerdo con el argumento principal.
ResponderEliminarEs usted muy buen escritor, no necesita dirigirse a Petro con términos despectivos.
No pretende el Alcalde Mayor eximir su responsabilidad por el hecho de ser un desmovilizado; El problema radica en que la Procuraduria no es competente para destituir al Alcalde Mayor (La competencia recae en el Presidente de la República).
Pero lo felicito nuevamente, muy agradable de leer su blog.
Aunque difiero y según he podido leer, el Procurador sí es competente, me alegra leer a quien controvierte y critica con respeto. No pretendo ser despectivo con Petro, tengo la clara convicción de su condición de criminal. Indultado, pero criminal. De nuevo, gracias por su generosidad y reconozco la altura de su crítica
Eliminarlo mejor que he leido sobre el tema. absolutamente de acuerdo
ResponderEliminaraca el problema no es que sacaron a petro el problema es la excusa por lo cual el procurador lo hizo... que petro use la gente o no, de la misma manera consiguio su cargo, con los votos de la gente que cree en el, de la misma manera que lo hizo uribe o santos, por eso entra la rabia en todo el pais, de, como esto le sucedio a petro pero no le ha pasado al presidente? Como santos sigue en el mando cuando lo unico ha favor que ha hecho el por el pais ha sido llanamente, NADA? o comparemos por ejemplo, las penas para los conductores borrachos que hacen un accidente y hay muerto incluido, con la pena que le dieron a petro por lo que no hizo hace un ano, ademas que es un problema que ya no existe, que inclusive obtuvo una solucion. si almenos fuera que hubiera sido esto hace solo un par de dias o estuvieramos todavia en el problema sin solucionar, hasta de pronto se entenderia...
ResponderEliminar