Lo interesante del ejercicio de leer en búsqueda de
información y en aras de conocer la opinión del prójimo, es que siempre comienza con el afán de
despejar alguna duda y felizmente termina
con la creación de muchas dudas mas, así que la búsqueda de esa verdad
se convierte en un círculo virtuoso que
genera conocimiento, pero cuya mayor virtud radica en que genera la materia prima para aprender a
pensar que no es otra que la capacidad de dimensionar nuestra propia
ignorancia. Podríamos decir a manera de
analogía que la lectura es un alimento de un delicioso sabor pero que en lugar
de saciar, nos hace dar más hambre.
En desarrollo de ese ejercicio y escandalizado por el
incendio social de la región del catatumbo me he interesado por leer lo
producido por disimiles orillas en relación con este tema tratando de entender
la complejidad de los acontecimientos y la conclusión triste a la que he podido
llegar es que si bien la protesta campesina es más que justificada tanto por
las lamentables condiciones sociales de sus habitantes como por la torpe forma en que ha sido manejada por el gobierno Santos, se están cocinando monstruosidades
que van mucho mas allá de unas justas reivindicaciones sociales. No voy
a pretender posar de lo que no soy, ni me voy a enfrentar a un análisis
sociopolítico ni mucho menos, solo voy a tratar de expresar lo que mis ojos de
colombiano de a pie me permiten interpretar sobre lo que puede estar sucediendo
allá y saber que quizá lo que veo es solo la punta de un iceberg y que ignoro
todo lo que está sumergido.
Monstruosa es la manera como las farc y sus áulicos hacen
utilización de los campesinos para favorecer la consolidación regional de unos
perversos intereses pues lograr convertir al catatumbo en una Zona de Reserva
Campesina, les aseguraría una serie de
beneficios en economía, movilidad y logística en una zona donde confluyen la
explotación petrolera y minera, el tráfico de armas y estupefacientes, grandes
extensiones de tierra que se presumen de su propiedad en cabeza del afortunadamente abatido mono
Jojoy y de ñapa fronteriza con una república gobernada por sus mentores cubanos.
Por supuesto que lo anterior les vuelve
agua la boca a los terroristas y en
seguimiento de sus estrategias mercantiles, los verdaderos campesinos no son
vistos por las farc más que como peones sacrificables ensalzados por un
adoctrinado geólogo que todo es menos un líder campesino.
Monstruosa es la manera como Piedad Córdoba pretende
mantener una figuración mediática yendo al catatumbo no a mediar y apaciguar
ánimos sino a atizar el incendio lanzando unas desfachatadas arengas y posando
de fiscal de las actuaciones de la fuerza pública. A mí me perdonan pero hace
cerca de 40 años me salieron los dientes y clarito se escucha un “Vivan las
farc” y una apología no de la protesta campesina sino de su cuestionado movimiento
político financiado por empanaditas. Lo único que le interesa a Piedad del
catatumbo es ver cómo le saca réditos políticos y como se muestra ante sus
admirados camaradas como ficha de utilidad ya que conoce que a estos
despiadados narcoterroristas pieza que no les rinde, pieza que sacan del juego
con su afilada hoz.
Monstruosa es la manera con que el hombre de los pantalones
morados desatiende el trasfondo social de la protesta, evita a toda costa
disolverla con un dialogo directo y eficaz y en lugar de enfrentar como jefe de
gobierno la situación, se dedica a lo que más sabe hacer; acumular millas de
viajero frecuente. Los campesinos, los
de verdad, quieren que su gobierno los
escuche, que su presidente les atienda sus justas reclamaciones sociales y les
proponga soluciones reales, no que les
mande un borracho y un muñeco de ventrílocuo con gafas que lo único que logran
es mantener en el tiempo la crisis, dejando que el geólogo pirómano Cesar Jerez y demás farianos sigan alimentándose del
delicioso caldo de cultivo que formaron
allí. Me queda la impresión que ese incendio le sirve a Juan Manuel Santos en sus intereses personales
y que el único catatumbo que en realidad le importa es Pablo.
En últimas y revistiendo la mayor gravedad, monstruosa es la
manera como el gobierno expone a la fuerza pública a permanecer bajo la espada
de Damocles, ya que actúe como actúe, siempre va a ser la que lleve las de perder bien sea atacada vilmente por los narcoterroristas que se confunden entre los
campesinos, ya sea por la opinión
pública que censurara cualquier exceso de fuerza o incluso procesada por el
brazo jurídico de las farc enquistado en la rama judicial que no perderá
oportunidad de adjudicarle a nuestras fuerzas cualquier crimen acontecido allí.
Preocupante pues la situación no tanto por lo complicado de
la misma sino por el mequetrefe que está a cargo de solucionarla. En esta
Colombia dirigida por Santos, un dolor de muela puede terminar fácilmente en la
muerte del paciente.
Rodrigo
Gallo
@AlegreBengali
Ad: Cada vez
que reflexiono sobre las actuaciones del gobierno Santos, termino extrañando al
presidente Uribe.
Comparto plenamente esta opinión es muy grave y preocupante; y creo que debe intervenir cuanto antes el procurador, la única autoridad con competencia que actúa hoy en Colombia con justicia valor y parresia
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