De ser una de las grandes fortalezas de los equipos locales, poco a poco la hinchada se ha ido convirtiendo en un cáncer para el fútbol como espectáculo, como negocio y como ejemplo de vida.
Hoy en día vemos que en Colombia, como en otras partes del mundo hay partidos de fútbol considerados como de alto riesgo, y no propiamente porque en uno de los equipos juegue Pepe o en su defecto Bedoya, sino porque es previsible una batalla campal dentro o fuera del estadio protagonizada por energúmenos disfrazados de Azul, Verde, Rojo o Floripepeado. Es que de por si los nombres con que bautizan sus grupúsculos asustan. La Fúnebre, Disturbio Rojo, Los Comandos Azules, La Guardia Albiroja, Los del Sur, etc...
Una tribuna llena de gañanes con la camiseta de su club infunde tanto temor como una plaza alemana repleta de SS o una rusa llena de Guardias Rojos. Yo personalmente deje de ir al estadio a acompañar a mi equipo desde que tuve la desdicha de ver a 9 o 10 majaderos de los Comandos Azules rompiéndole su camiseta a un niño de unos 10 años porque era de Atlético Nacional. Y así ha pasado con muchas familias que otrora asistían al estadio como diversión en paz y con la idea de presenciar un buen partido de fútbol.
Hace un par de meses el Corinthians fue sancionado a jugar un par de partidos de la copa libertadores a puerta cerrada, porque sus hinchas causaron la muerte a un seguidor del equipo visitante. Haga la suma de cuanto factura un estadio como el Pacaembú con lleno total a precio de Libertadores. Y a quien afecta eso? Al hincha no por supuesto.
Ayer en Bogotá se vivió la tapa de la desfachatez. La hinchada de mi club, del mas grande de Colombia, de Millonarios FC preocupada por hacer el trapo (así llaman estos gañanes a la bandera) mas grande del mundo, sin inmutarse por el inmenso ridículo que esta haciendo el equipo en la Libertadores.
Estas cosas lo llevan a uno a concluir que en el fútbol moderno, por lo menos en Colombia es mas importante el collar que el perro, vale mas el lazo que el marrano. Las noticias las producen las barras, no los equipos, esta cobrando mas importancia el barrabrava que el club.
Una perfecta involución ya que poco a poco perderá importancia el fútbol que muestre el equipo ya que lo que empezara a importar es quien tiene la mayor hinchada, quien tiene mas trapos, quien tiene mas barras bravas. El club podrá estar enterrado en la B como le sucede al América, pero hay que sacar pecho porque tienen La Fúnebre Y mientras tanto, los equipos merced a los malos resultados financieros producto del retiro progresivo del aficionado normal del estadio (porque en muchos casos los barrasbravas entran gratis), entran en el circulo de no hay plata = no hay como contratar buenos jugadores = no hay resultados deportivos = no hay premios = no hay plata.
Pero no; consideremos como un triunfo que tenemos el trapo mas grande, no importa que ya quedamos humillantemente eliminados de la Libertadores....
Ad: Los Ingleses ya pasaron por esto y lo superaron, con medidas drásticas en primera instancia y con educación complementaria y como se ve domingo a domingo, un partido de la premier del Sport Tapita contra Tronquitos Rangers llena el estadio. Podremos nosotros?
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