jueves, 24 de julio de 2014

SE DESARMA EL ANDAMIO

Columna originalmente publicada en www.laotraesquina.co

Cunde el desespero en las toldas reeleccionistas.  Lo que a su parecer pintaba como una estrategia ganadora, se ha ido desbaratando como servilleta mojada y el diagnostico es sencillo. Basaron su estrategia en una condición sine qua non completamente equivocada. Necesitaba para funcionar, de un electorado crédulo y desinformado.  Si a los resultados nos remitimos, el parte que pueden dar de esa campaña, es de un estruendoso fracaso.

No cabe duda que la estrategia fue concienzudamente elaborada,  y que fueron usados absolutamente todos los elementos con que contaban.   Se trataba de utilizar los millonarios recursos secuestrados a las regiones para configurar una gruesa chequera que sirviera de plano de fundación de toda la campaña y con esa base, edificar unos frentes de avanzada.  La campaña reeleccionista tenía como aliados a la gran mayoría de los medios masivos de comunicación quienes se dedicarían básicamente a servir como anillo de seguridad del candidato, atacando con sus plumas y micrófonos a la campaña que se mostrara como la que pudiese derrotar al candidato-Presidente, y por obra y gracia de la mermelada, se convertirían en una especie de gacetas oficiales que estarían constantemente hablando de las maravillas del ejecutivo.  Ellos cumplieron a cabalidad. Prostituyeron su oficio, pero honraron sus compromisos con el gobierno. Lamentablemente los corroyó la mermelada.

El frente judicial cumplió una destacada labor en la campaña, con un muy activo Fiscal General de la Nación, quien demostró una eficiencia inusitada a la hora de enrostrarle su amplio poder a la campaña contendora y ejercer una constante presión por el costado izquierdo.  Velocísimas investigaciones en contra de la campaña Zuluaga, rabiosas declaraciones en los medios y una tácita, pero rápida y peligrosa pretensión de instaurar el delito de opinión. Sin duda, Eduardo Montealegre fue otro de los cumplidos. El brazo armado de la campaña, la narcoterrorista Farc, atacó por frentes simultáneos; por una parte, constriñó al elector mediante el terror, en las zonas donde tienen alta presencia y de otra parte, haciendo gala de su natural cinismo, mostró una entrañable cercanía con Santos, vistiéndolo de único interlocutor válido, como si ellos mismos lo fueran.

El frente más activo, fue sin duda el frente politiquero (me es éticamente imposible utilizar la palabra político en este contexto).  Constituyó alianzas pegadas con mermelada, con disimiles sectores, algunos de ellos irreconciliables en apariencia. Alineó a temibles e inescrupulosos electoreros como Armando Benedetti, Roy Barreras, Musa Besaile y Bernardo Elias.  Logro encontrar el precio de Gustavo Petro para traerlo a su carpa, precio que resultó siendo muy barato para el pretendido producto ofrecido, pues  el exterrorista indultado  que poco más o menos se vendía como una combinación de Gandhi con Mandela, termino siendo una de las meretrices del candidato-Presidente con el simple otorgamiento de unas medidas cautelares que únicamente dilataran lo inevitable; su destitución e inhabilidad no tienen reversa.  Mantuvo un asedio medieval a la muy digna candidatura de la doctora Martha Lucía Ramírez, utilizando como ariete a otro de sus apéndices – El CNE- y manteniendo al interior de ella a dos troyanos como Efraín Cepeda y Roberto Gerlein.  Mantuvo en rotación a Samper y Gaviria, alternándolos en exposición mediática, el primero dando cátedra de moral y personificando con ello un catedralicio oxímoron (si se me permite maltratar así esta palabra), y el segundo espetando alaridos en los micrófonos abiertos pensando quizá, que podía tener algún calado en la opinión pública.   Y además de todo, se valió de unos muchachitos que juegan a hacer política, como los hermanos Galán, Simón Gaviria y Rodrigo Lara, quienes creyendo tener una importancia que jamás tendrán, se imaginaron en su delirio, como unos grandes conductores de masas.

Visto lo anterior, la estrategia parecía consistente, el castillo se ofrecía inexpugnable, pero como lo dije al comienzo, se basaba en una condición sine qua non completamente equivocada y allí, se estrellaron contra una megalítica pared. Hoy, el electorado no es una grey conducida y adoctrinada por unos barrigones y bigotones pastores; no señor, el electorado de hoy trata de informarse, tiene en mayor o menor cantidad capacidad de análisis  y aunque en ocasiones traga hilo, jamás se come la carreta.  Los resultados hablan por sí mismos. Un candidato que tenía todo en contra, le propinó una cachetada electoral al aventajarlo por 4 puntos porcentuales que se convierten hoy, en el bus de la victoria donde muy seguramente se montarán muchos de los indecisos, quienes al tenor de los acontecimientos, se darán cuenta que la pretendida paz ofrecida por el candidato – Presidente, no es más que una de las tantas mentiras que carga en su tramposa manga de tahúr.  Creo señor Presidente Santos, que a su campaña le llegó la horrible noche, y que como consecuencia de ello, Colombia recuperará la esperanza.

Rodrigo Gallo
@AlegreBengali


Ad: Que este resultado le sirva al señor Presidente Santos, para acusar recibo de la solicitud de desalojo de la Casa de Nariño que le estamos enviando los colombianos. La necesitamos desocupada y aseada el día 7 de agosto pues la va a ocupar el nuevo Presidente. 

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