jueves, 24 de julio de 2014

MI VOTO ES POR ZULUAGA

Columna originalmente publicada en www.laotraesquina.co

Mi voto es por Zuluaga.  Aunque tengo, como cualquier ciudadano, el derecho a mantenerlo en secreto, declaro abiertamente mi intención de voto y por supuesto expongo mis razones.  Es un voto decidido con facilidad ya que tengo un quintal de ellas para hacerlo y otro quintal de razones para no votar por el Presidente-Candidato. Sin duda, esto hace muy fácil la toma de decisiones.  Empecemos pues, por las razones que me asisten para votar por Zuluaga.

Como ciudadano de a pie, y más aún como campesino, me parece de la máxima importancia votar por un candidato que conozca el país real, ese que existe más allá de las fronteras de la calle 100 y de las paredes de los clubes de señoritos.  Un candidato que se convierta en Presidente para gobernar a todo un país, rural y citadino sin distingo;  que gobierne para sus electores pero también para sus opositores, y que haya demostrado capacidad de maniobra en las dificultades, pues este país, en este histórico momento, es un barco que gracias a un imperito timonel, se encuentra en el mar más embravecido y presto a enfrentar la peor de las tormentas.  Oscar Iván Zuluaga demostró su gran capacidad ejecutiva y política, al enfrentar como Ministro de Hacienda, la peor crisis económica global y proteger a nuestro país de sus devastadoras consecuencias, manteniendo un responsable equilibrio entre la política social y las necesarias pero impopulares medidas de choque que hubo de tomar.  Esto habla muy bien de él en materia ejecutiva, pero más aún en materia política, pues demostró ser un funcionario que no ejecuta pensando en réditos personales sino en intereses generales. 

Leído su programa de gobierno, me identifico plenamente con él,  y me parece que es la hoja de ruta que nos puede sacar de la honda crisis de seguridad e institucionalidad en la que nos ha embebido el actual gobierno, y que nos puede salvar de la crisis económica que se avizora gracias al irresponsable populismo y derroche de Juan Manuel Santos, cuyas consecuencias van a sentirse en el mediano plazo.  Destaco  de su programa, lo correspondiente a los temas agropecuarios y educativos, y por supuesto su compromiso con el restablecimiento  de la política de seguridad democrática que tantos beneficios palpables le trajo a una Colombia que en su momento, se encontraba secuestrada por el terrorismo y que hoy se dirige al mismo destino.   Espero que si el candidato Zuluaga es investido Presidente, cumpla cabalmente con este programa y honre con coherencia doctrinaria la confianza que millones de colombianos hemos depositado en él,  y que ojalá sea nuevamente mayoritaria este domingo 15 de junio.

Ahora, pasando a la segunda parte, infinitamente  ingrata, voy a las razones que me asisten para no votar por Juan Manuel Santos.  Contundentemente manifiesto que no me es posible depositar mi confianza en quien ya me engañó una vez.  Deposité mi voto en 2010 por el actual Presidente, confiando en que cumpliría con lo prometido en campaña y que en consecuencia, nos llevaría por el mismo rumbo que había trazado el gobierno Uribe, y lo que a cambio recibí, fue un gobierno mentiroso, derrochador del erario, incumplido con las promesas de campaña, benévolo y consentidor de los terroristas, perseguidor de la oposición, corruptor de las instituciones, veleidoso y vanidoso, más pendiente de gobernar con y para sus amigos, que de gobernar para el país.  Como víctima que he sido de la mayor estafa democrática de la que haya tenido conocimiento esta dolida patria, no sería coherente apoyar con mi voto al más grande tramposo que haya ocupado la silla del Libertador.  Quien me engaña una vez, me engaña mil, y al perro no lo castran más de una.

No puedo dar mi voto por quien cree que la manera de acabar con la delincuencia en el país, es entregárselo a ellos.  No puedo votar por quien ya una vez elegí para que protegiera la vida y bienes de mis conciudadanos y de mi familia, y me respondió con la más alta expresión de la cobardía.  Como soldado raso de la reserva de mi Glorioso Ejército Nacional, no puedo depositar mi voto para que un cobarde que no conoce el honor, sea el Comandante Supremo de las Fuerzas Militares, pues lo único que puede ocasionar esta contradicción, es que las fuerzas que deben proteger la patria, sufran toda clase de vejaciones como la persecución judicial,  la constante desmotivación y la posterior entrega de ellas, en bandeja de plata, a los narcoterroristas que hoy están sentados a manteles en La Habana con Juan Manuel Santos.  Lo siento mucho Juan Manuel, soy un hombre digno que piensa y razona, y a quien sus padres le pusieron desde niño los calzones, de tal manera que no puedo votar por un fraude vestido de Armani.

Sopesadas las razones, he llegado a la fácil y obvia conclusión, que para que a partir del domingo 15 de junio, sea cual fuere el resultado, yo pueda seguir mirando a mis hijas a los ojos, debo levantarme temprano e ir a votar por Oscar Iván Zuluaga.  No soy nadie para invitar a mis conciudadanos a votar por él. Simplemente los invito a que hagan un examen de los hechos crudos, lean los programas de gobierno de uno y otro y tomen su consciente decisión. No se abstengan y voten. Solo así serán dignos de llamarse colombianos.

Rodrigo Gallo
@AlegreBengali


Ad: Deposito en un acto de fe, toda mi confianza en las autoridades electorales. Por favor, no me vayan a defraudar; sean imparciales. De no serlo, serán los únicos responsables de nuestro destino y eso la vida lo cobra, en cuerpo propio o ajeno. 

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