Columna originalmente publicada en www.laotraesquina.co
Mi voto es por Zuluaga. Aunque tengo, como cualquier ciudadano, el
derecho a mantenerlo en secreto, declaro abiertamente mi intención de voto y
por supuesto expongo mis razones. Es un
voto decidido con facilidad ya que tengo un quintal de ellas para hacerlo y
otro quintal de razones para no votar por el Presidente-Candidato. Sin duda,
esto hace muy fácil la toma de decisiones.
Empecemos pues, por las razones que me asisten para votar por Zuluaga.
Como ciudadano de a pie, y más
aún como campesino, me parece de la máxima importancia votar por un candidato
que conozca el país real, ese que existe más allá de las fronteras de la calle
100 y de las paredes de los clubes de señoritos. Un candidato que se convierta en Presidente
para gobernar a todo un país, rural y citadino sin distingo; que gobierne para sus electores pero también
para sus opositores, y que haya demostrado capacidad de maniobra en las
dificultades, pues este país, en este histórico momento, es un barco que
gracias a un imperito timonel, se encuentra en el mar más embravecido y presto
a enfrentar la peor de las tormentas.
Oscar Iván Zuluaga demostró su gran capacidad ejecutiva y política, al
enfrentar como Ministro de Hacienda, la peor crisis económica global y proteger
a nuestro país de sus devastadoras consecuencias, manteniendo un responsable
equilibrio entre la política social y las necesarias pero impopulares medidas
de choque que hubo de tomar. Esto habla
muy bien de él en materia ejecutiva, pero más aún en materia política, pues demostró
ser un funcionario que no ejecuta pensando en réditos personales sino en
intereses generales.
Leído su programa de gobierno, me
identifico plenamente con él, y me
parece que es la hoja de ruta que nos puede sacar de la honda crisis de
seguridad e institucionalidad en la que nos ha embebido el actual gobierno, y
que nos puede salvar de la crisis económica que se avizora gracias al
irresponsable populismo y derroche de Juan Manuel Santos, cuyas consecuencias
van a sentirse en el mediano plazo. Destaco
de su programa, lo correspondiente a los
temas agropecuarios y educativos, y por supuesto su compromiso con el
restablecimiento de la política de
seguridad democrática que tantos beneficios palpables le trajo a una Colombia
que en su momento, se encontraba secuestrada por el terrorismo y que hoy se
dirige al mismo destino. Espero que si
el candidato Zuluaga es investido Presidente, cumpla cabalmente con este
programa y honre con coherencia doctrinaria la confianza que millones de
colombianos hemos depositado en él, y
que ojalá sea nuevamente mayoritaria este domingo 15 de junio.
Ahora, pasando a la segunda
parte, infinitamente ingrata, voy a las
razones que me asisten para no votar por Juan Manuel Santos. Contundentemente manifiesto que no me es posible
depositar mi confianza en quien ya me engañó una vez. Deposité mi voto en 2010 por el actual
Presidente, confiando en que cumpliría con lo prometido en campaña y que en
consecuencia, nos llevaría por el mismo rumbo que había trazado el gobierno Uribe,
y lo que a cambio recibí, fue un gobierno mentiroso, derrochador del erario,
incumplido con las promesas de campaña, benévolo y consentidor de los
terroristas, perseguidor de la oposición, corruptor de las instituciones,
veleidoso y vanidoso, más pendiente de gobernar con y para sus amigos, que de
gobernar para el país. Como víctima que
he sido de la mayor estafa democrática de la que haya tenido conocimiento esta
dolida patria, no sería coherente apoyar con mi voto al más grande tramposo que
haya ocupado la silla del Libertador. Quien
me engaña una vez, me engaña mil, y al perro no lo castran más de una.
No puedo dar mi voto por quien
cree que la manera de acabar con la delincuencia en el país, es entregárselo a
ellos. No puedo votar por quien ya una
vez elegí para que protegiera la vida y bienes de mis conciudadanos y de mi
familia, y me respondió con la más alta expresión de la cobardía. Como soldado raso de la reserva de mi
Glorioso Ejército Nacional, no puedo depositar mi voto para que un cobarde que
no conoce el honor, sea el Comandante Supremo de las Fuerzas Militares, pues lo
único que puede ocasionar esta contradicción, es que las fuerzas que deben
proteger la patria, sufran toda clase de vejaciones como la persecución
judicial, la constante desmotivación y
la posterior entrega de ellas, en bandeja de plata, a los narcoterroristas que
hoy están sentados a manteles en La Habana con Juan Manuel Santos. Lo siento mucho Juan Manuel, soy un hombre
digno que piensa y razona, y a quien sus padres le pusieron desde niño los
calzones, de tal manera que no puedo votar por un fraude vestido de Armani.
Sopesadas las razones, he llegado
a la fácil y obvia conclusión, que para que a partir del domingo 15 de junio,
sea cual fuere el resultado, yo pueda seguir mirando a mis hijas a los ojos,
debo levantarme temprano e ir a votar por Oscar Iván Zuluaga. No soy nadie para invitar a mis conciudadanos
a votar por él. Simplemente los invito a que hagan un examen de los hechos
crudos, lean los programas de gobierno de uno y otro y tomen su consciente
decisión. No se abstengan y voten. Solo así serán dignos de llamarse
colombianos.
Rodrigo Gallo
@AlegreBengali
Ad: Deposito en un acto de fe,
toda mi confianza en las autoridades electorales. Por favor, no me vayan a
defraudar; sean imparciales. De no serlo, serán los únicos responsables de
nuestro destino y eso la vida lo cobra, en cuerpo propio o ajeno.
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