jueves, 24 de julio de 2014

COLOMBIANOS, BIENVENIDOS AL PASADO

Columna originalmente publicada en www.laotraesquina.co

En este país ya el daño estaba hecho desde hace más de 25 años.  En Colombia, la violencia es un camino válido para obtener concesiones de gobierno y sociedad, y no es  Juan Manuel Santos el culpable; al César lo que es del César reza un certero aforismo, y es precisamente a César Gaviria, a quien le debemos este pesado yugo.  Con el arrodillamiento del estado ante Pablo Escobar y la total impunidad y elegibilidad política concedida a los terroristas del M-19, el accidental presidente de la República entre 1990 y 1994, vistió de meretriz a la nación. Santos, no está haciendo otra cosa que ser fiel a su condición de traidor a la patria, muy bien inculcada por sus mentores y hoy co-gobernantes Gaviria y Samper, y simplemente está confirmando que el daño ya estaba hecho.

Los violentos, no por serlo se convierten en estúpidos, y claramente han sabido leer la debilidad de un amplio sector de la clase política colombiana, manzanilla y veleidosa, que se mueve al vaivén de los vientos y que es especialmente susceptible al huracán de la violencia del narcoterrorismo, ya que entre sus haberes no es posible hallar ni la ética, ni el patriotismo ni la valentía.  Son simplemente unos mercaderes electorales, que se van heredando sus apellidos para usufructuar con ellos el erario, en detrimento de la sociedad a la que gobiernan, sociedad ella, que es en alta proporción culpable de su misma desgracia. Todo hay que decirlo.

Han encontrado los narcoterroristas  su filón más productivo en Juan Manuel Santos.   Después que en 8 años del gobierno Uribe se encontraran al borde de la derrota militar, derrotados políticamente, reconocidos por la comunidad internacional como bandas terroristas y aborrecidos por la sociedad colombiana, hoy ni bien haber terminado el primer gobierno Santos, se encuentran fortalecidos, envalentonados y más convencidos aún que el terrorismo y la violencia ejercida contra la población les va a dar el poder total en Colombia, que entre otras cosas, es lo único que persiguen. El comunismo cobijado bajo el narcoterrorismo sólo pretende la toma del poder. No les interesa ningún otro tipo de premio de consolación.  Con la conjunción de factores tales como el evidente fraude electoral configurado por las miles de irregularidades denunciadas, que van desde una monumental compra de votos, pasando por una campaña de engaño al elector y terminando en el constreñimiento armado al mismo, y por consiguiente la reelección de Juan Manuel Santos, sienten que el camino esta allanado para el cumplimiento de sus objetivos.

Alguna vez oí una frase de una estimada amiga, que rezaba “oídos que tal oíd, corazón coged y guardad” y en atención a ello no es sino asistir al recrudecimiento de la violencia al que ahora se suma con más fuerza el grupo narcoterrorista ELN, para saber que esta puesta en marcha la máquina  a todo vapor hacia la toma del país, que se repartirán como si de un pastel se tratara y del que todos los grupos de bandidos, de la estirpe que se quiera, querrán su tajada. Todo un Juego de Tronos, si queremos analogizar con la exitosa serie de HBO. El espurio gobierno de la formula Santos – Vargas Lleras, hará su papel haciendo de la mentira su estandarte mientras los grupos narcoterroristas azotaran la sociedad con una vehemencia digna de lo perverso, llevándola a un estado de amedrantamiento y zozobra que la hará pensar que la única salida es, nuevamente, hacer miles de concesiones a los pillos; solo que ahora, vienen por la concesión mayor; el poder.  Voy a parafrasear al primigenio causante de toda esta desgracia y les diré “Colombianos, bienvenidos al pasado”

Rodrigo Gallo
@AlegreBengali


Ad: En manos de la sociedad está defendernos de los narcoterroristas pues está claro que el gobierno no lo va a hacer.  La voz viva del ciudadano de a pie tendrá que convertirse en un escudo.

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