jueves, 14 de marzo de 2013

MIS APROXIMACIONES AL FUTBOL




Hay varias cosas por las cuales me gusta tanto el Fútbol.

Lo jugué desde niño y contribuyó a mi formación como persona ya que de el aprendí los conceptos  de  trabajo  en  equipo,  de  aceptación  a  la  crítica, de paciencia y de cómo encarar una perdida sin que se me venga el mundo encima.

El futbol me sorprendió por primera vez cuando gracias al tío Ernesto, hincha furibundo del Cali, que dicho sea de paso con el tiempo se volteo y se volvió hincha del Nacional, entre por primera vez a un estadio a presenciar un Millonarios – Cali.  Ese día, en el Campin, vi como gracias a dos golazos de Mario de Queiroz y Valdomero, el equipo más grande de Colombia venció al poderoso Cali.  Del año no me acuerdo, pero desde ahí, más o menos a finales de los setenta me volví hincha, primero del buen futbol y luego de Millonarios, que algunas veces en su historia lo ha practicado, porque francamente, como todos los equipos de Colombia la mayoría del tiempo juega horrorosamente.

Ya  después viendo futbol internacional los fines de semana gracias al magnífico programa de Alberto Piedrahita, que se llamaba si mal no estoy “Futbol, el mejor espectáculo del mundo” y a las transmisiones de la Bundesliga narradas alegremente por Andrés Salcedo  en el canal 11, fui desarrollando afecto por algunos equipos internacionales.

El Flamengo de Zico fue el primer internacional que seguí con asiduidad, luego el River del príncipe Francescoli, el AC Milán de Albertini y Baresi,  El Bayern Munich de Mateito Matthaus como le decía Salcedo y mas recientemente el Barcelona de Romario y en ultimas, el equipo de mis máximos afectos, el Manchester United del gran Peter Schmeichel.

Pero el futbol también me dio el más grande de mis defectos, que lo confieso, disfruto mucho cuando aflora.  Gracias a él y solo en desarrollo de el,  disfruto inmensamente el dolor ajeno.  Celebro mas una derrota de Boca que un triunfo de River,  me satisface profundamente cada debacle del Real Madrid,  siento una alegría gigante cada vez que el Inter de Milán fracasa  y  a nivel local ver perder a Nacional es el culmen del bienestar. Claro, la permanencia del América de Cali en la B está catalogado como felicidad fuera de concurso.

Sé que es un sentimiento mezquino, pero dado que se desarrolla en un campo donde no le causo mal a nadie, me doy  y me daré siempre esa licencia. Aquí estoy presto a celebrar la eliminación del Real Madrid de la Champions, lo que espero sea mi próxima alegría.

Ad: Ojala el dios del fútbol no castigue mi mezquindad haciendo que Mourinho aterrice en el Manchester  UTD como se viene rumorando.

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